En los Houston Rockets se han encontrado ante uno de los grandes cambios del verano en la liga. El traspaso con OKC ha sido lo que marque el futuro de los texanos, al menos a corto plazo a falta de resolver la incógnita de la pareja exterior. Un gran cambio repentino que ha unido a dos de los últimos MVP’s, pero que con ello han alterado la química.
Una vez movidas algunas piezas, y una de ellas tan primaria, era vital mantener a parte de la columna vertebral del equipo y con ello no tener que alterar tanto lo conseguido durante el transcurso de este proyecto. Con la continuidad de Clint Capela asegurada, tocaba atar a otro de los engranajes que han hecho funcionar al cohete.
Uno de los miedos de los seguidores del conjunto texano era la posible pérdida de Eric Gordon, un jugador que tiene una gran importancia en la plantilla y que es gran activo para el estilo de juego que plantea D’Antoni. En la franquicia, sin dudas, era una prioridad mantener al escolta en los próximos años y las negociaciones fueron bastante rápidas, con la aprobación de ambas partes.
Con este movimiento se quedan aún más maniatados en el ámbito salarial. El dinero comprometido para este 2019/20 es superior al tope con: 144.189.045 $, pero el problema no se queda ahí. En el 2020/21 van a tener 142.859.805 $ y en el siguiente 129.301.023 $. El futuro es un poco complicado de afrontar desde las oficinas de Houston, pero han hecho lo que han podido para poner un parche en la herida que dejó Chris Paul con su renovación.
La cuantía de 76 millones para asegurar 4 temporadas de un jugador que ya tiene 30 años, pero que todavía tiene mucho que aportar a los Rockets. La renovación era necesaria y será el tiempo quien dirá si la duración del contrato acabará pasando factura.
elperimetro.wordpress.com 